viernes, 19 de noviembre de 2021

240319




En alguno de los carnavales en la vorágine de mi corazón, me convertí en cuidadora de almas en pena, pepenadora de caricias bajo la mesa, de estridentes rechinidos de mis muelas apretadas fingiendo una carcajada. 

Me convertí en coleccionador de lágrimas en cada barata de temporada, miedosa al roce ajeno, salvaje indomable.

¿Quién me compra la buena temporada? ¿La buena bonanza?
Quien se compra que el tiempo cura la locura?
Que nuevos amores se entrelazan? 
¿Que la vida sigue tras la partida de mi mejor humana? ¡Que la culpa muta y ni se conmuta!

Los años pasan... sacándome canas, flagelando mi cuerpo, tapizado de marcas......historias teñidas, historias mutiladas, amores fingidos, amores suicidas....

En alguno de los carnavales en la vorágine de mi corazón, me engaño a mí misma para darme valor, me convertí en succionadora de esperanzas jamás realizadas, pepenadora de tus falacias, se me rompieron las muelas de tanto apretarlas.

Coleccionista de llantos pausados, con técnicas mudas tras la almohada.

¿Quién me compra la buena temporada? ¿La buena bonanza?
Que la vida sigue tras la muerte de mi mejor humana?
Aunque le llore dolores aún no se lleva mi ansia...
Quién tiene la culpa? De esta muerte tan absurda...

Los años pasan y yo sigo estancada, ahogada en mis ansias, harta de mis bocanadas, de amores banales, de soledades etéreas, de sobrevivir sin consuelo, de no encontrarte en mis sueños, de amores fingidos, amores suicidas.

En alguno de los carnavales en la vorágine de mi corazón agarro el lápiz empolvado, por si un día me pierdo, encuentren esto...

Y sepan, que luche desafiante