Han pasado ya, varios años desde que tu me dejaste, jajajaja
¿Varios años? Jha! Tan solo algunas horas extenuantes.
Y este cuerpo tramposo no finge extrañarte
¡Maldita sea, no finge extrañarte!
Me masturbo para no tener que llamarte!
Te lloré tantas risas, vomite tantas flores marchitas, me reí tan equivoca que este cuerpo no harias trizas.
Me canse de engañarme, me canse de ya no esperarte pues no hice mas que enamorarme, me canse de cansarme y fue entonces cuando decidí masturbarme.
Divague un instante para recrear un buen escenario exuberante y no me vino otra cosa a la mente, más que aquel primer día en que tu me violaste.
¡Vaya noche! ¡Oh, que delicioso tu me violaste!
Me hipotizaste bajo la caminata sobre aquellas calles burlesques de tu vida mundana, me hiciste reir con tus historias tergiversadas, me desnudaste con aquellas miradas lacivas que no hicieron más que incitarme, me embriagaste para que así no te costara poder penetrarme.
Recuerdo aquel día, la hora exacta, las calles
transitadas, el bar que me embriago de lujuria exacerbada, recuerdo tus ojos rabiosos
como los de un perro en brama, recuerdo aquellos labios que me incitaban a
desfigurarlos, a morderlos, arrancarlos
pero jamás a besarlos, recuerdo tu voz que no me susurraba: ¡Cuando podrías tu,
de mis calzones despojarme!. Recuerdo las risas de aquellos imbéciles que a sus
pasteles idolatraban, recuerdo las anécdotas que inventamos para poder así
saber engancharnos.
Recuerdo el fuerte palpitar de mi vagina mojada, recuerdo
llegar a aquella enferma morada y ahí dejamos salir nuestro bestial encrucijada.
Te jale del cabello, te tire sobre aquel empolvado
señuelo, te bese como loca, te besé para encontrar tu mejor derrota, introduje
mi lengua para poder saber cómo después borrarte, te mordí la boca para poder
así marcar mi triunfal victoria. Te recorrí con mis manos, palpé tus miedos, medí
tus carencias, reconocí sabores de tus “otras” pasadas, encontré tu duelo,
engañe a tus traumas y erecté a tu tan predecible bocanada.
Te bese con tracción, que olvide poner aquella nuestra bella
canción, nos besamos cuerdos, nos prometimos cielos extensos, nos juramos
promesas, nos regalamos carencias. Me empujaste por sorpresa para tu miembro
erecto restregarme, me cargaste cual novia pa´ el cuarto llevarme, me tumbaste
explayante sobre aquella cama que tenía varios años ya sin usarse.
Me arrancaste las botas, me zafaste aquel mi pantalón
despampanante, me mordiste las piernas, me prendiste el horno para poder
hornearme aquel mi celestial bollo, me lamiste el culo, me arañaste el vientre,
buscaste mis tetas pero decidiste no parar en ellas , mamaste mi esencia,
escupiste tu efervescencia, olvidaste mi nombre, besaste a una más de tu Santa
Gloria. Me besaste el cuello, me comiste los ojos, me pegaste tus bolas,
mientras tu amigo se enairaba con aquel juego donde lo quería para mi sola.
Nos revolcamos como lobas, nos pirueteamos sin aún
ensartar ese tu celestial trozo, te mame la verga, te mordí la boca, te hice
sollozar cual puerco en la horca, te lamí las piernas, te rasguñe las nalgas,
me empape cual puta encaramada. Me incorpore a tu aurora te bese con una
ternura temerosa, nos miramos jadeantes, mientras tu miembro en silencio se iba
acomodando, entró sin problema alguno, resbalo sin pudor alguno, me hizo gritar,
sin temor y sin ningún reproche taciturno.
Me la metiste hasta adentro, me lo clavaste hasta encontrar
lo profundo del sendero, me penetraste como si ya conocieras a ese mi mejor
señuelo, me violaste y disfrutaste bien aquel encuentro.
Me penetraste y jugaste con ello, me lo metiste lento me
tapaste la boca y me dijiste ¡Nena, esto hoy a ti te toca! Me cogiste tan
fuerte, me lo metías con suerte, me pegaste, mordiste, besaste, me volteaste,
me tiraste del pelo, me golpeaste las nalgas tan fuerte, las moreteaste y ¡Oh,
a mi cuerpo parecía fascinarle!
Mi corazón tan fuerte palpitaba, mi vagina empapada lloraba,
mis pies fríos temblaban, mis nalgas se contracturaban, mi alma confundida se
encontraba, mi voz lloraba, mi cuerpo sudaba y yo a tu verga aclamaba. Jugamos
tranquilo y sin temor alguno, cambiamos posiciones hasta que se nos acabaron
los condones…. Jha! Olvidamos ponernos aquellos infames gorrones.
Nos enamoramos pegados como perros enojados, me dijiste ¡Nena,
yo a ti te amo, a este culo, a esta boca, estas tetas, esa espalda que marco
cuando a mí se me viene en gana, a esa torta que gratino cuando a mí se me
antoja, a esa voz que solloza si alguna carnada la destroza, a ese cuerpo que
se moja, cuando yo se la mamo toda!
¡BASTA! (Abro los ojos y recuerdo que es tan solo una controversial
historia)
Me masturbo para no tener que llamarte, para no volver a
repetir esta desdichada historia, para no volver a terminar rota, para poder
tocarme y saber que no necesito nada de ti y que aún puedo venirme sola.
Pero ¡Oh, permíteme correrme que ya no aguanto más otra
fantasmal! Oisdhfoisdjfoisd
Sumerjo mis dedos para recorrerme sola, para saber que aun
me mojo y ni siquiera me estorbas, me froto las nalgas, me revuelco para bailar
yo este vals como una loca, me lamo los dedos, me jalo el cabello me susurró la
historia o me creo mejor un nuevo cuento, cambio de cuerpos para no olvidarme
de lo que es bello, te grito enojada, me
grito excitada, grito de desvelo, grito para no llamarte cuando ando al asecho.
Me masturbo para no engañarte, para no irme con la
primera verga incitante, para no lastimarte, para no desdibujarte.
Me masturbo porque ya no queda nada, para no tener que olvidarte,
para recordar aquel nuestro primer grotesco viaje perecedero, para no llorarte.
Me masturbo para no tener que llamarte….


No hay comentarios:
Publicar un comentario